Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн
38 страница из 144
A menudo los comentarios no son tanto sobre las clases de Roubaud como sobre los trabajos que hacía fuera de las aulas. Así, el domingo 23 de noviembre escribe a su padre que está sumergido en la diplomacia europea de cien años atrás: «a veces es divertido, me interesa mucho, pero es muy difícil de retener». La prueba sería el miércoles siguiente y aquel domingo el transporte de las cenizas de Jaurès al Panteón ejercerá, como veremos, un gran impacto emocional en Vilar. En este contexto, el 27 de noviembre, escribe: «hago una excepción estos días en los que la ceremonia del domingo ha sobreexcitado los cerebros: por suerte, la composición de Historia obliga a trabajar duramente de domingo a miércoles, lo que ha calmado un poco a la gente», y reitera que si suspendía el concurso abandonaría París. Las comparaciones entre París y Montpellier continuaban siendo favorables a Montpellier:
creo que tendría más posibilidades de superar el Concurso ahora que cuando termine el curso; está bien que mi hermana diga que me abro mejor al espíritu en París, pero creo que actualmente tengo el espíritu más abierto que los compañeros; al fin del curso, también lo habré cerrado, y los compañeros sabrán de memoria un buen número de pequeñas cosas que yo nunca seré capaz de meterme en mi cerebro, porque no tienen ningún interés: el curso del señor Roubaud, por ejemplo, un curso perfecto, que es necesario saber, ni una palabra más, ni una palabra menos, pero que es seco, seco, seco... yo no puedo concebir la historia como eso. Roubaud podría ser un historiador interesante, pero no puede hacer nada más. Yo hago como los otros, estudio, pero tengo algo más que el curso, el Debidour entero; se ve mejor lo esencial leyendo los detalles. Yo sabía muy bien mis composiciones. Es la primera vez que consigo saber historia: me siento un poco humillado por ello: no estoy descontento de mi composición «Los caracteres de la política francesa en la Europa Mediterránea y los países del Levante Próximo Oriente de 1815 a 1848». Pero todo el mundo sabía sobre el tema tanto como yo y, si algunos han seguido estric-tamente su orden, ¡esto es lo que le proporciona el mayor placer! Pero yo he seguido mi punto de vista, no el suyo.