Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн
7 страница из 144
Pero las lecciones de historia también se pueden entender en otro sentido. Un sentido más amplio, más abierto al gran público y, en concreto, al conjunto de ciudadanos. El libro, al seguir con minuciosidad el relato hecho por el propio Vilar de las experiencias vividas en el periodo 1924-1939, que incluirá muy pronto referencias a Cataluña, puede ser visto y leído todo él como una gran lección de Historia, la última, pero también la más vieja y, quizá, también la más actual y, por lo tanto, la que puede interesar al gran público.
También por eso ha sido concebido este libro. Pero si se ha conseguido, lo digo rápidamente, no es ningún mérito de quien escribe estas líneas, sino del mismo Vilar. Y en concreto, del hecho, más azaroso, de que se hayan conservado las cartas escritas durante su juventud a su tía Françoise y a su hermana Marie y, más tarde, a Gabrielle Berrogain, antes y después del matrimonio. Vilar había recordado y había escrito sobre aquellos años en más de una ocasión. Pero esta vez hemos podido y hemos querido recurrir a su testimonio directo, proporcionado por unas cartas que constituyen un testimonio extraordinario de aquel tiempo. El joven que nos habla es, en primer lugar, un joven que escribe y describe a sus familiares todo aquello que ve y experimenta. Con él, asistimos al proceso de formación de un historiador y el conocimiento de este proceso nos puede ayudar a entender su obra futura. Los escritos del joven Vilar, mostrándonos, primero, la forja –con las dudas y vacilaciones propias de toda adolescencia– de una personalidad propia en la que la conciencia social se revela especialmente decisiva, a continuación, su voluntad de abrirse al mundo –y aquí Cataluña juega un papel importante– y comprenderlo y, finalmente, casi como un paso ineludible para ejercer esta voluntad, su firme decisión de hacerse historiador y, en concreto, historiador de Cataluña, nos dan una auténtica lección de historia. La carta al amigo castellano que se reproduce y comenta en el último capítulo representa la culminación del proceso formativo del historiador y, al mismo tiempo, anuncia la futura Cataluña en la España Moderna.