Читать книгу Escrito en la orilla. Una travesía litoral con Lacan онлайн

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Final de partida es la historia de Hamm y Clov, amo y esclavo, esperando que llegue el fin. Trata sobre la tragedia humana. Beckett dice: “[N]ada más divertido que la desgracia”. Esto es cierto porque la desgracia del otro suele hacer reír. Podemos agregar que al final una tristeza nos invade y no la elación maníaca que imaginaba Michael Balint para el fin de análisis.

Sigamos con “Lituraterre”, con lo que nos recuerda sobre James Joyce; que una messe-haine, literalmente “misa-odio”: aquí sí toma la homofonía, el significante “mecenas”. Dice: “Por quererle el bien”.

Ya sabemos que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones… Pero veamos cómo es esto en la tradición cultural francesa: “París bien vale una misa”, para Enrique IV, y lo que desencadenó fue un odio feroz, la famosa noche de San Bartolomé. Miles de hugonotes asesinados, degollados, en las calles de París. Leer La reina Margot de Alejandro Dumas: misa, odio, creo que de eso se trata.

Dicha mecenas de Joyce era Mrs. Edith Mc Cormick, cuyo ofrecimiento Joyce rechazó y por lo cual perdió el mecenazgo. Una hipótesis verosímil es que si Joyce hubiera aceptado que se le pagara un psicoanálisis con Jung, hubiera abandonado el “santo” de Santo Tomás, Saint Thome, su sinthome. Es lo que explica Lacan en el párrafo siguiente, que nada hubiese ganado, puesto que “fue derecho a lo mejor de lo que se puede esperar del psicoanálisis en su fin”.

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