Читать книгу Escrito en la orilla. Una travesía litoral con Lacan онлайн

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Y en el otro lado de la repartición escribe “la inversión al oído”. Pero oreille ¿es oído u oreja? Porque oído puede ser sustantivo que comprende el pabellón de la oreja, pero no es solo la oreja o bien un verbo.

Tomemos otro sesgo antes de seguir con las dificultades y aclaraciones de la traducción. Répartir que es el término que introduce Lacan entre paréntesis se traduce bien por repartir pero también toma otro sentido: replicar, responder. Entonces la repartición es una réplica, una respuesta. Por eso es de los labios a la oreja. Se puede decir de la demanda que parte del borde de los labios a lo que se escucha que pasa por los bordes de la oreja. Como bien sabemos, nunca es lo mismo lo que se demanda y lo que se escucha. Evoca las dos frases del comienzo de otro escrito, “L’étourdit”, “El atolondradicho”: “Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que oye”,10 la otra frase es aclaratoria de esta. “Que se diga” recae en los labios y “en lo que oye” en la oreja.

Reparte, replica, responde: entonces entre lo burlesco que surge de un borde de agujero pulsional, los labios, a otro borde de agujero pulsional, la oreja, borde sin diafragma, sin posibilidad de cerrarse. En ese recorrido se invierte o replica entre pulsión oral y pulsión invocante. O, si nos deslizamos al otro escrito, “L’étourdit”, del dicho al decir. Recordemos que desde los comienzos de su enseñanza Lacan dice que el mensaje llega en forma invertida. Desde “te demando” de la pulsión oral, te demando amor, a lo que se escucha, ahí Lacan usa su lengua para jugar entre oigo y gozo.11

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