Читать книгу Escrito en la orilla. Una travesía litoral con Lacan онлайн

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Ya no se puede sostener en el psicoanálisis ninguna garantía, no hay quien autorice a alguien para ser analista. No hay analista didacta, aunque pueda haber análisis didácticos. Por lo cual la International Psychoanalytical Association (IPA) solo puede sostenerse en una burocracia y, por eso Lacan la denomina la Sociedad de Ayuda Mutua Contra el Discurso Analítico (SAMCDA).

Es necesario tener en cuenta la referencia a esa expresión de Santo Tomás, en latín, sicut palea. De este modo el fin es un punto al cual nunca se llega, el desecho, acercarse al objeto a, un cálculo inalcanzable. En cuanto ya no hay garantías, el analista solo puede autorizarse por él mismo y en el fin del análisis queda como ese resto que cae al tacho de basura. En ese sentido es un santo, en el sentido que toma en un libro de David Halperin titulado San Foucault.13 ¿Por qué “San”? Es santo porque hay una decisión de Michel Foucault de tratar a la homosexualidad como efecto de discurso, por lo que constituye una apertura y una posición política. Se sabe que en ese movimiento Foucault murió por efecto del sida, no como una víctima, no como un sacrificio, sino como operación del discurso que sostenía. Un santo es quien cae como desperdicio de una operación, como lo señala Halperin. El psicoanalista en su operación discursiva cae como una letra, como desperdicio, por el movimiento mismo de un análisis, por algo inmanente al análisis, al discurso del psicoanalista. Es la producción de un significante amo, S1 que relanza el juego significante. Mientras que el analista deviene sicut palea, una cáscara despreciada, un desecho. Es esa letra que pasa a causa de deseo. Lejos de ser un deseo de muerte, de caída o de sufrimiento masoquista, es un efecto de discurso.

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