Читать книгу Los parados. Cómo viven, qué piensan, por qué no protestan онлайн

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La percepción de la inmigración está vinculada sin solución de continuidad al universo político-ideológico, pero dada la importancia del tema hemos preferido dedicarle un capítulo aparte, el quinto. También en este caso sospechamos que los parados no son ni más ni menos xenófobos o solidarios que el conjunto de los españoles. En el capítulo sexto se analiza la paradoja sólo aparente de que el malestar individual que general el paro se traduzca en silencio colectivo y no en protesta organizada. Ahora sí podemos afirmar con rotundidad absoluta que en la actitud resignada de la gran mayoría de los parados no hay nada de misterioso. Quien se permite poner en duda la gravedad del problema aduciendo que si las cifras del paro fueran ciertas el tejido social reventaría, en realidad no sabe de qué está hablando. El parado tiene buenas razones para intentar escapar del desempleo o de sus consecuencias por su cuenta, individualmente. No obstante, en el breve capítulo final se sugiere a los sindicatos de clase mayoritarios que se planteen la posibilidad de contribuir a la organización y movilización colectiva de los parados dentro de su estrategia de lucha contra el paro, pues quiero pensar que si los parados hicieran más ruido el sistema político comenzaría a abordar este drama con más diligencia.


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