Читать книгу Poder Judicial y conflictos políticos. Volumen I. (Chile: 1925-1958) онлайн

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La FOCH, dirigida por Elías Lafferte, decidió en esos días efectuar una huelga general en apoyo del movimiento. El 4 de septiembre las ciudades de Santiago y Valparaíso amanecieron sin transporte colectivo. No hubo servicio de extracción de basura en varias ciudades. Los huelguistas exigían solidaridad con los tripulantes amotinados y hacían una demanda explícita para que se derogaran las medidas de reducciones salariales132. Se inició también una huelga ferroviaria y los trabajadores del carbón de Lota y Coronel se unieron a los amotinados de Talcahuano.

En Coquimbo, una delegación de los comités locales de la FOCH concurrió hasta los buques en la bahía, para solidarizar con el movimiento de las tripulaciones. En Talcahuano, varios piquetes de obreros se sumaron a los marineros que tenían en sus manos el apostadero, el puerto y los arsenales, además de los destructores Riveros y Prat, sumando aproximadamente 500 hombres armados. En Valparaíso, varios obreros del Partido Democrático hicieron lo propio, vinculándose incluso con suboficiales del regimiento Maipo, el cual se insubordinó a favor del alzamiento de la Armada133. Entre tanto, el Gobierno había solicitado al Congreso la declaración de estado de sitio en todo el territorio de la República por 30 días. Promulgada la ley de estado de sitio, se restringieron las libertades individuales, el derecho de reunión y la libertad de prensa. Bajo esas condiciones algunas ciudades fueron ocupadas por las Fuerzas Armadas para garantizar el orden público.

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