Читать книгу María Cambrils. El despertar del feminismo socialista (biografía, textos y contextos (1877-1939) онлайн

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Se han conmovido las esferas de todo el Olimpo moralista, promoviéndose una discusión de principios de la que no salen ventajosos los defensores de la androcracia, o séase del dominio masculino sobre la mujer. Sostienen los adversarios de la equidad en el disfrute de los derechos civiles, que con tal reforma se va derechamente a una ginecocracia matrimonial que concede a la mujer supremacías sobre el hombre, ya que ésta podrá elegir y repudiar a su compañero cuando le convenga, «cosa de todo punto contraria a la moral». ¡Si serán casuísticos!¿Acaso el hombre no ha venido hasta aquí eligiendo a su sabor y repudiando a su capricho a la mujer, como si ésta fuera un juguete de feria? Los tiempos, señores del moderno «gineceo», son de reforma, y hay que dejar por fuerza paso franco a la mujer moderna, que reclama su derecho indiscutible a la libertad civil y el respeto debido a su persona. ssss1

Su defensa de la necesidad de una ley de divorcio será continua en los años veinte, pero la ley sólo se lograría, como es conocido, durante la Segunda República, tanto como derecho recogido en la Constitución de 1931 como con una ley específica aprobada en 1932. Así, en sus escritos sobre el divorcio puede leerse:

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