Читать книгу De mujeres y partos. Matronas y cambio social en la segunda mitad del siglo XX онлайн
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En los años 70 se produjo en EEUU el Movimiento de Salud de las Mujeres con el objetivo de oponerse al poder ejercido por el sistema médico, dando un empuje cualitativo, trabajando para que las mujeres fueran agentes de su salud y para que se crearan servicios de atención a sus necesidades que se encaminaran hacia el autoconocimiento y el autocuidado. Este movimiento se extendió también por Europa. Surgen así los Grupos de Autoayuda que tan buen resultado han dado en nuestro país en la desmedicalización de la menopausia. Uno de los movimientos más representativo fue el Colectivo de Mujeres de Boston, citado anteriormente, que publicó en 1971 Nuestros Cuerpos, Nuestras Vidas, reeditado hasta la actualidad con nuevas aportaciones y que ha pretendido poner en manos de las propias mujeres el saber sobre el cuidado de su propia salud.
La siguiente corriente dentro de la teoría feminista se basa en la recuperación del cuerpo femenino por las mujeres, haciéndose cargo de su sexualidad y de su maternidad que hasta entonces han sido gestionadas por los varones y que constituirá el germen del denominado feminismo de la diferencia. Nos referimos al Feminismo Cultural que parte de un cierto esencialismo al plantear que la opresión de las mujeres no deriva de las estructuras patriarcales sino de una naturaleza masculina dominadora y ahistórica según una de sus voces más importantes, la de Adrienne Rich. La heterosexualidad y no el patriarcado, como afirmaban las feministas radicales, es el origen de la opresión (Rich, 1986). Por tanto, las autoras más extremistas de esta corriente promoverán una separación y una crítica acérrima hacia lo masculino y defenderán el lesbianismo como la mejor opción, criticando el modelo de heterosexualidad obligatoria. Buscan la especificidad y lo esencial de las mujeres, que es anterior al lenguaje y a lo simbólico y de este modo, las aportaciones relacionadas con la salud se centran en teorizar sobre la existencia de una psicología femenina que permite recuperar el protagonismo y el valor de las funciones maternales, al tiempo que favorecerá la autonomía y el cuidado entre las mujeres. Promueven espacios de desarrollo personal entre las mujeres y luchan activamente contra la violencia masculina hacia éstas y contra la pornografía.