Читать книгу Pisagua, 1948. Anticomunismo y militarización política en Chile онлайн
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La demanda del CEN radical, de finalizar las medidas tomadas por el Ejecutivo al amparo de las facultades extraordinarias, habría sido condicionada por el Presidente Gabriel González a que la Comisión Parlamentaria declarara el buen estado de los presos en Pisagua, desmintiendo el cargo de campo de concentración. Esta exigencia habría sido satisfecha, medianamente, por el diputado conservador Jorge Errázuriz, presidente de esa comisión, quien habría asegurado el buen estado de los trasladados. Después de ello, Gabriel González se habría reunido con todos los jefes de Zonas de Emergencia, a quienes les habría dado a conocer el informe verbal del diputado Errázuriz y su decisión de suspender todas las consecuencias de la Ley de Facultades Extraordinarias que establecían las zonas de emergencia, por lo cual quedaban sin efecto los traslados a Pisagua de los dirigentes comunistas, para que «el acto electoral de marzo próximo se realizara en un ambiente de la más absoluta libertad»128. En la declaración oficial del gobierno, la cuestión de la calificación del Campo de Pisagua era fundamental: «El gobierno se había abstenido hasta hoy de hacerse cargo de la insistente campaña desarrollada por el Partido Comunista, en orden a que se había establecido un Campo de concentración en Pisagua, cercado con alambres de púas y sujeto a rigurosas medidas de apremio policial, [para] los agitadores comunistas que allí habían sido residenciados […]hecho que una comisión parlamentaria acaba de demostrar inexacto»129.