Читать книгу Vergel de perfectísimas flores. El convento de Corpus Christi de Carcaixent онлайн

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El relato de lo acontecido en el óbito de sor Hermenegilda de San Bernardo resulta del mismo tenor:

Toda la villa se honrrava de tener tan santa religiosa depositada en este convento. Pero todos los particulares, y quanto mayores, más deseavan tener alguna reliquia para su consuelo. Nos molestavan pidiendo algunos recuerdos para su mayor veneración. Y como de la pobreza de tan pobre religiosa era poco lo que se podía sacar, era común el desconsuelo de verse privados de su devoto deseo. A algunos de los principales no se les pudo negar alguna memoria. Otros pedían una florecita de manos de las que adornaban su virgíneo cadáver y se yvan más contentos que si llevasen un gran tesoro. Y todos pedían les tocasen los Rosarios al venerable cuerpo. Y assí todos quedaron contentos.

En efecto, tocan algo la sensibilidad estos relatos que lo que retratan es, como digo, una «muerte pobre», de una monja pobre, en una comunidad pobre, en el seno de una sociedad también pobre.

He insistido en alguna ocasión –y quisiera volver a hacerlo– en que no puede descalificarse sin más la utilidad de estos textos como materiales para el conocimiento histórico. Se trata de productos culturales, construcciones culturales, y como tales dicen igualmente mucho de la época; son «testigos» de un tiempo, espejos de sus ideas y convicciones, de sus intereses, de sus representaciones y concepciones y de sus formas de ver…


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