Читать книгу Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias онлайн
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Lluch era un hombre de izquierda moderada. Su hija Rosa lo define como una persona entre el socialismo, la socialdemocracia y el cristianismo de base.50 Y este perfil debió definirse muy joven: en sus años de formación, y lo mantuvo toda su vida. Es importante reseñar que en sus años de estudiante nunca estuvo en la órbita comunista, a diferencia de muchos compañeros que llegaron a las aulas algo después que él.51 Cuando era estudiante, Vidal Villa lo consideró como una personalidad definida por dos ideas: el antifranquismo y el catalanismo, sin embargo debía tener alguna más, si atendemos a lo que publicaba en la prensa juvenil y estudiantil: cuestiones sobre el estado del bienestar, reforma agraria… Sus ideas socialdemócratas cuajaron desde pronto. Cuando era estudiante se había interesado por los Informes Beveridge de 1942-44, base del Welfar State y la política d’Aneurin Bevan, ministro de Salud británico que en el gobierno de Attle de la postguerra introdujo el National Health Service.52 Esta posición socialdemócrata de Lluch era no propia de los estudiantes del 68, más radicales, pero sí de los del 56, más moderados. Tampoco era excepcional el posicionamiento que tenía ante la OTAN, a la que veía más como instrumento militar de la democracia que como instrumento del imperialismo, como sin duda captaba casi en bloque la generación del 68.53 Posiblemente su afección a la socialdemocracia europea se consolidó cuando estudió en París. Lluis Foix lo define como «un hombre de Bag-Godesberg».54 Segundo Bru ha dicho que Lluch era «radicalmente socialdemócrata».55 En los años setenta, en sus clases de la Universidad de Valencia, cuando los profesores progresistas hacían leer y comentaban el Manifesto Comunista, él explicaba y recomendaba el manifiesto de Bad-Godesberg (1959).56