Читать книгу Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias онлайн
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Unos años después, en 1951, se aprecian algunos cambios. Mientras la doctrina eclesiástica nacionalcatólica sigue omnipresente, parece que la presión ideológica falangista se va diluyendo, y así se refleja en la crónica universitaria que publica este curso la revista Anales. Tras la victoria aliada en la guerra mundial, en las aperturas de curso de esos años, hasta 1948, se habían limitado las formas fascistas: «recomposición del tono académico y ocultación de la simbología del alzamiento».63
La apertura se inicia con la tradicional Misa del Espíritu Santo, discurso breve del jefe del S.E.U., Vicente López Rosat, y discurso de apertura.64
Numerosos actos religiosos van salpicando el curso.65 Se celebra el 7 de marzo Santo Tomás de Aquino, día del estudiante. Se inicia con discurso del estudiante camarada Augusto Rieta, que recuerda, por ejemplo, la gloria de los colegios mayores –como la ley de 1943–; sigue el dominico Joaquín Dos Santos sobre Libertad moral y sociedad ecuménica y se refiere a la conferencia internacional de la N.A.T.O., celebrada en Lisboa en febrero, para afirmar que el estatuto de Lisboa es «ajustado en su redacción a los principios tomistas», pero contiene un defecto esencial y es por tanto «esencialmente malo»; sospecho, pues nada explicita, que el defecto estaba en la no admisión de España.