Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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En Alemania, paradójicamente, su influjo real llegará a partir de 1945, cuando la historiografía de ese país se dé cuenta de que Weber había conseguido combinar lo mejor de la tradición del idealismo alemán –el reconocimiento de la individualidad histórica– con la aplicación de los conceptos generales aportados por la sociología francesa.ssss1 El diálogo entre sociología e historia, verificado en las dos primeras décadas del siglo, había cambiado la fisonomía de la historiografía. De la obsesión empírica de los últimos positivistas de la escuela metódica se había pasado a la generosa recepción de las teorías generales y los afanes sintetizadores de los nuevos historiadores. Sin embargo, antes de que esas ideas cuajaran definitivamente en verdaderas escuelas historiográficas –como lo serán los Annales o el materialismo histórico–, la historiografía experimentó, durante la época de entreguerras, la regeneración de la figura del filósofo de la historia y el resurgimiento de las grandes interpretaciones de la historia.

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