Читать книгу Las rutas de la seda en la historia de España y Portugal онлайн

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Algo más se ha tratado la concesión del monopolio de la venta de seda granadina en América, con el consiguiente cobro del Almojarifazgo de Indias sobre la seda embarcada, y las quejas de comerciantes, de los oficiales de la Casa de Contratación y de la propia ciudad de Sevilla, que terminaron llegando a las Cortes castellanas.ssss1 Por el contrario, nada se ha escrito sobre la situación de la seda granadina tras la derogación del mencionado monopolio. Según nuestras averiguaciones, desde Granada se mandaron memoriales, en 1592 y 1593, quejándose del quebranto que para su sector sedero suponía la pérdida del estanco, que no obtuvieron respuesta.ssss1 Sin embargo, tales quejas podían ser exageradas, pues desde el año siguiente comenzaron a formarse compañías de comerciantes granadinos y sevillanos aplicados a la exportación de seda desde Granada a Sevilla y, desde allí, a América. Tal era el caso de Juan Álvarez Dávila, el cual formó a partir de 1595 una red comercial con 27 mercaderes y cargadores a la Indias hispalenses. Dicho año los portes de seda que mandó a Sevilla fueron 20.743 varas de tejidos de seda (rasos, tafetanes) con un valor de 340.813 reales.ssss1 Por otro lado, todavía quedaron rescoldos por la pugna sobre a quién pertenecía el cobro de los derechos de la seda granadina que se fletaba a las Indias a principios del siglo XVII.ssss1

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