Читать книгу Las rutas de la seda en la historia de España y Portugal онлайн

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El mundo manufacturero, aunque ampliamente tratado por la historiografía, muestra amplios espacios oscuros, tanto en lo temporal como en lo espacial. Sabemos de la existencia de hiladores, torcedores, tejedores y tintoreros por la diversa documentación que ha tratado el tema, desde informes enviados a la administración central u otros organismos, a los contratos entre operarios y mercaderes, pasando por las ordenanzas de cada ramo que fueron apareciendo desde finales del siglo XV hasta mediados o finales, en algún caso, del siglo XVII. Sin embargo, los datos referentes al número de efectivos para los siglos XVI y XVII son poco fiables, cuando no fantásticos, debido a que aparecen en memoriales tardíos que hablaban más bien de una especie de Arcadia sedera en el siglo XVI. Más fiables y continuos son los datos para el siglo XVIII, gracias a los informes de los intendentes provinciales y los censos y catastros realizados durante el periodo, lo que nos permite secuenciar los altibajos del sector con más detalle. Espacialmente, es abrumador la ignorancia que tenemos del sector en Jaén y, paradójicamente, en Sevilla, donde Carande y Lorenzo Sanz llegaron a dudar de la importancia de la industria sedera en el siglo XVI.ssss1 Silencio que se mantiene en el siglo siguiente.

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