Читать книгу Las rutas de la seda en la historia de España y Portugal онлайн

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De especial relevancia fue la crisis que se produjo en la producción sedera del Reino de Granada a consecuencia de la revuelta de los moriscos y su expulsión, que nosotros hemos analizado con cierta profundidad,ssss1 tanto para ese territorio como para otros territorios vecinos. En aquellos trabajos pusimos de relieve cómo la guerra destruyó casi completamente la capacidad de producción y el comercio de la seda en buena parte del territorio granadino, salvándose escasamente su zona oriental. La enormidad del desastre fue tal que, ya en los primeros informes de inicios de 1569, las autoridades granadinas manifestaban la necesidad de medidas de choque,ssss1 que después se pusieron en marcha tanto por el Consejo de Población, creado para inspeccionar el proceso de repoblación y la recuperación económica del reino, como por los propios arrendadores, tal como se estipulaba en las condiciones de sus arrendamientos. Dichas medidas se pueden resumir en la plantación de morales y moreras; la compra de simiente por parte de los arrendadores, debido a la interrupción y destrucción de la cría de seda durante la guerra, para repartir entre los cultivadores; el propiciar la permanencia o el regreso de los moriscos útiles para la cría e industria de la seda; la entrada de sedas procedentes de otros territorios, siempre que no estuviera labrada ni tejida; diversas exenciones fiscales o la rebaja de impuestos a los criadores; el permiso para labrar sedas ligerasssss1 y, finalmente, la concesión del monopolio de venta en el mercado indiano de la seda labrada en Granada a partir de 1569, que conllevaba el cobro del Almojarifazgo de Indias de la seda. Estas medidas, que en principio se estimó que no se alargarían más allá de 1575, se mantuvieron de forma intermitente en algunos casos hasta, al menos, 1620, sobreviviendo a la extinción del Consejo de Población. Por lo demás, tal aserto no hace más que confirmar el fracaso del proceso repoblador y de buena parte de las medidas que se propusieron, por motivos diversos, desde el abandono del cultivo de los morales y las moreras y su sustitución en algunas áreas por otros productos especulativos, como la caña de azúcar, los viñedos o la ganadería, hasta las inclemencias climáticas. El afán real de aquellas medidas era hacer llegar a las alcaicerías granadinas la mayor cantidad de seda posible para activar y mantener la renta y la industria de la seda. Ulloa hablaba, con razón, de una especie de falsificación, al hacer pasar por granadina seda de variadas procedencias.ssss1 Para otros centros productores, por el contrario, la guerra significó una revitalización de su propia actividad, en particular en las tareas de la cría y el hilado, al propiciar el afincamiento de los moriscos expulsados.ssss1

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