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Los sistemas de cría también han sido estudiados por López de Coca, para el caso granadino, Aranda Doncel, para el caso cordobés, y Valiente Romero, para el caso de Écija.ssss1 Los tres coinciden en la existencia de tres modelos principales de carácter familiar y doméstico, con una producción de entre 1 y 3 libras de seda de media y un alto grado de trabajo femenino: medianería, asalariados, en este caso existieron pocos ejemplos, y por cuenta propia. En los dos primeros, el productor entregaba al criador la simiente y la hoja para que la criara por una parte de lo producido o por un salario. Valiente señala que, ya a finales del siglo XVIII, se intentó superar estos modelos, introduciéndose en Écija el sistema de casa de cría, del que no tenemos constancia en otros lugares de Andalucía, de momento. Este presentaba un salto en la profesionalización de la actividad ya que contaba con operarios dedicados al cuidado de los gusanos.

Por otro lado, no tenemos una secuenciación mínimamente serial de las cantidades de árboles existentes y su evolución a lo largo del periodo. Sobre todo dificulta la tarea el carácter subsidiario de su cultivo en muchas zonas, las lagunas de la documentación y la indefinición en la terminología que se usaba en dicha documentación al referirse al arbolado: ¿cómo cuantificar el número de árboles cuando se nos refiere a ellos como arboledas, hazas de moral o morera y moraledas, o se sustituyen por cantidades de arrobas de hoja o de onzas de simiente? Aun con el estudio minucioso de las actas notariales, la documentación fiscal y municipal, las rentas decimales eclesiásticas y, en el caso del reino granadino, los Libros de Apeo y Repartimiento realizados tras la conquista o tras el levantamiento morisco, tendríamos una perspectiva incompleta y fija, aunque más acertada, del arbolado.

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