Читать книгу Las rutas de la seda en la historia de España y Portugal онлайн

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Por último, el comercio, como las otras fases de la actividad sedera, está escasamente estudiado en todos sus aspectos. Por un lado, aunque sabemos de la existencia de mercaderes en todos los centros productores andaluces, desconocemos secuencialmente su número en casi todos ellos. Solo se han dado algunas cifras para el Reino de Granada en el siglo XVI e inicios del XVII por parte de Carande, Garrad, Cortes Peña y Vincent, López de Coca y García Gámez,ssss1 que arrojan luz sobre este aspecto. Para Córdoba, Fortea explica los tres tipos de mercaderes que se podían encontrar en la ciudad relacionados con el negocio de la seda,ssss1 aunque desconocemos si dicha tipología puede ser extrapolable a otros lugares de Andalucía. Pocos son los datos sobre las interrelaciones de los comerciantes andaluces, exceptuando la presencia de estos en las alcaicerías del Reino de Granada o en Sevilla. También fue natural la presencia de comerciantes de otros reinos peninsulares o extranjeros en ambos mercados. Para el comercio con América los toledanos, siguiendo el ejemplo de los italianos, fundaron compañías en Sevilla, tanto en el siglo XVI como en el XVII.ssss1

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