Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн

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For one thing, to what extent can domestic culture and ideologies, gender and sexuality, race and identity explain how or why the foreign policy of a given state evolved? Moreover, does a specific foreign policy evolve because of these cultural narratives? […]

If one wishes to argue that public narratives constitute a significant part of the decision-making processes, we need to know more about exactly which narratives influence decision making and how they function. Unless scholars can retrace the central role of cultural narratives in concrete situations of policy making, cultural approaches to foreign policy remain what they are: interesting but irrelevantssss1.

En otros casos, los análisis culturales han carecido de cualquier interés por la política exterior porque la han considerado irrelevantessss1. En estos trabajos, la ausencia, entre 1865 y 1898, de una política exterior definida ha facilitado la sustitución del análisis de la política exterior por enfoques culturales de las relaciones exteriores de los Estados Unidos. Exceptuando, claro, todo lo relacionado con el imperialismo. Con este concepto, sin embargo, ha sucedido algo similar al género: es omnipresente —e incluso omnisciente—, de tal manera que carece tanto de definición (es evidente en sí mismo) como de origen (no tiene principio ni fin)ssss1. Pero, ¿cómo se puede entender cabalmente el rol del factor cultural en política exterior sin diseccionar, previa o simultáneamente, el entramado de la diplomacia? Por el contrario, parece más razonable no excluir ninguna dimensión —ni cultural, ni política— si se quiere avanzar intelectualmente: “Until culture and power are somehow integrated conceptually and practically, as they are in real life, there will remain two cultures in the history of foreign relations”ssss1.

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