Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн

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En enero de 1874, el golpe de Estado del general Pavía estableció una dictadura con el general Serrano al frente que tampoco llegaría al año de existencia. El nuevo régimen fue incapaz de acabar con la guerra carlista en el norte de la Península y vio deteriorarse su situación en Cuba, aunque disfrutó de un reconocimiento internacional del que habían carecido sus predecesores. En última instancia, el constante deterioro militar convenció a los generales monárquicos de acabar con el experimento: en diciembre de 1874, el general Martínez-Campos proclamó rey a Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II15.

Aunque su perfil conservador le garantizó un amplio reconocimiento internacional, la Restauración encontró muchos obstáculos para no sucumbir como los regímenes que le habían precedido. El hombre fuerte de la nueva monarquía, Antonio Cánovas del Castillo, llegaría a coquetear con una intervención europea para acabar con la guerra carlista en la primavera de 187516. El nuevo régimen también tropezó con la oposición de la Santa Sede cuando concedió la tolerancia a los cultos no católicos en la Constitución de 187617. Pero tras la derrota de los carlistas ese mismo año y el consiguiente desembarco de refuerzos en Cuba, la Restauración se convirtió en el primer régimen español en seis años que pudo empezar a pensar en algo más que su inmediata supervivencia.

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