Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн

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Esa esperanza nació en 1868. Hasta ese momento, las percepciones sobre España en los Estados Unidos sólo se habían basado en la leyenda negra y en las imágenes construidas por una serie de intelectuales interesados en España: Washington Irving, William H. Prescott, Henry W. Longfellow, George Ticknor, Mary Mann o Caleb Cushing. Estos hispanófilos admiraban la cultura española del pasado, pero su juicio sobre la situación contemporánea era completamente condenatorio: España era un país en un proceso de decadencia irremediable21. Ningún acontecimiento alteraría tanto esas imágenes de España como la Revolución Gloriosa. El destronamiento de la monarquía de Isabel II y el establecimiento de un régimen democrático reavivaron el interés por el presente español y convirtieron a algunas figuras contemporáneas en mitos a la altura de los héroes literarios del pasado.

Por supuesto, no desapareció el interés por los elementos exóticos de España, desde la monarquía22 a las corridas de toros23. La visión romántica de la historia española siguió gozando del favor del público24. Pero los intelectuales de la Costa Este al frente de las principales publicaciones norteamericanas dedicaron cada vez más espacio a la nueva España que estaba emergiendo25. La libertad de cultos instaurada por los gobiernos revolucionarios fue quizás la reforma más celebrada debido a los prejuicios anticatólicos de la Leyenda Negra.

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