Читать книгу Música, mujeres y educación.. Composición, investigación y docencia онлайн

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La ausencia de las mujeres del espacio público no es sino un ejemplo más de su desvalorización y su posición secundaria dentro de las sociedades. Esto explica la existencia de un desafío social que exige promover las políticas sociales urbanas y espaciales que ataquen las discriminaciones que imposibilitan o reducen el ámbito de la ciudadanía (Borja y Muxi, 2000). Modificar la nomenclatura de los centros escolares para otorgar una mayor representatividad a las mujeres escritoras, científicas, políticas o educadoras implica poner en marcha un proceso de cambio, de transformación y de creación de nuevos lugares en el espacio público que se constituyen, como los monumentos, los nombres de las calles o los centros de trabajo, en referencias identificables que ayudan a configurar un «imaginario femenino urbano» que marca la cotidianidad de la experiencia de hombres y mujeres (Del Valle, 1991: 233; Soto, 2003). Como bien señalan Borja y Muxi (2000), «ser visto y ser reconocido por otros es una condición de ciudadanía: se puede ser plenamente ciudadano cuando los otros te ven y te reconocen» (p. 77).

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