Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн
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Por aquellas fechas, las manifestaciones en Washington contra la guerra del Vietnam estaban en plena actualidad y su eco era recogido por la oposición antifranquista dentro de su programa reivindicativo, aunque quizás algunos tuvieran más interés en seguir el triunfo del cantante Raphael en Moscú como lo más llamativo del día o la finalización del paro estatal efectuado por los Profesores No Numerarios (PNN), noticia que pasó casi desapercibida.
En Cataluña, un artículo de Sebastián Auger211 opinando sobre la construcción de las regiones históricas en Cataluña en unidades políticas en base a crear mancomunidades de diputaciones junto con la tesis doctoral sobre la Lliga Catalana, presentada por el historiador y político Isidre Molas, fue de lo más destacado, aunque cada vez pasaba menos desapercibido la fuerza que iban teniendo las asociaciones de vecinos en el ámbito social y político212.
En pleno mes de mayo de 1971 se prepararon las primeras propuestas programáticas a presentar por la Comisión Coordinadora, que en concreto fueron siete, más una propuesta relacionada con un estatuto especial de colaboración con el Partido de Acción Monárquica de Cataluña. En los apuntes de Joan Reventós, como miembro de la Coordinadora, había ciertas alternativas posibles, entre ellas la aprobación de un Estatuto de Autonomía para Cataluña que contuviera, como base de partida, las mismas atribuciones —puestas al día— que se recogían en el texto de 1932213. Asimismo, se distribuyó otro documento referente al proyecto de Reforma de la Ley de Orden Público, rechazando el incremento de penas y el aumento de la represión que auguraba la ley.