Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн
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Portugal estaba también en el centro de atención informativo con la dimisión el 30 de agosto del primer ministro Vasco Gonçalves, aunque sin duda el conflicto que atraía la máxima atención de los españoles era la disputa por la soberanía del Sahara español entre Marruecos y España. Efectivamente, el primer día de julio de 1975, el Tele/eXpres publicó el acuerdo secreto entre Marruecos y Mauritania para repartirse la colonia española, mientras Rabat cortaba el suministro de frutas y verduras a Ceuta como medida de presión. El día 28 se detectaron diversos conatos de enfrentamientos en la frontera del Sahara con Marruecos, mientras que en el interior del territorio saharaui, el Frente Polisario (FP) realizaba actos terroristas buscando la desestabilización del gobierno colonial. El primero de agosto fue reducida una infiltración del ejército marroquí en la frontera norte del Sahara español, y tres días después, en otro ataque al puesto de Hausa, murió un legionario y otro quedó herido.
Ante estos graves acontecimientos, el jefe del Alto Estado Mayor, general Carlos Fernández Vallespín, realizó una visita relámpago el día 7 a la región, intentando dar una sensación de control y tranquilidad a la ciudadanía española. Por otra parte, el presidente del gobierno intentaba quitar importancia al problema surgido, adoptando una posición ambigua. Con el viaje a Helsinki (Finlandia) para participar en la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea, Carlos Arias intentó dar muestras de ello, resaltando sus comentarios sobre «el interés mundial sobre el aperturismo político en España y la posible normalización de relaciones diplomáticas con la URSS»450. Otros titulares de interés informativo señalaban la muerte en atentado el 15 de agosto del líder político de Bangladesh, Mujibur Rahman451 y el fallecimiento del último emperador de Etiopía, Haile Selasie452 a los 83 años, depuesto por un golpe de estado en septiembre del año anterior. Finalmente, y cerrando un mes anormalmente agitado, desapareció uno de los políticos más carismático de la Irlanda independiente, Eamon De Valera453.