Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн
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El 5 de julio, los diarios recogieron las declaraciones de Ricardo de la Cierva comprobando una vez más el juego de «una de cal y otra de arena» practicado por el gobierno: «Cataluña —decía de la Cierva— está en una situación predemocrática y gracias hay que dar al gobernador civil de que las cosas no fueran tan malas»454. Días después, 11 excondenados a muerte enviaron un telegrama al presidente del gobierno para que fueran retiradas las penas capitales vigentes. Los firmantes del manifiesto eran: Narciso Julián Sanz, Juan Antonio Cuadrado Diago, Jordi Conill Vall, Antonio Campos Crespo, Manuel Moreno Mauricio, Ambrosio Ortega Alonso, Josep Solé i Barberà, Julián Hermoso, Antonio Rosell Oroz, Antonio Conca y Narciso González Rafael. Esta petición fue refrendada por otro telegrama enviado a la Presidencia del Gobierno desde Pax Christi, firmada por Enrique Vidal Ríos y Antonio Tomás Carrión.
De momento, por lo que se ve nada hacía cambiar la estrategia represora del régimen sin inmutarse de lo que pasaba a su alrededor, de tal manera que las detenciones de presuntos terroristas eran noticia en los diarios cada semana, llegando casi a la cotidianidad. Véase como ejemplo las detenciones practicadas a miembros de ETA el 10 de julio, buscando alguna relación con el atentado de Carrero Blanco o las efectuadas al día siguiente a 17 miembros del FRAP.