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Te invito a reflexionar en algo muy simple: el pasado no existe, si no el sol se mantendría todo el día ahí, pero él te da la oportunidad de volver a empezar, todos los días son nuevos y a veces uno no los quiere cambiar, y no atreverse a ser nuevo, uno quiere ser el día de ayer, pero sencillamente ya no lo eres. Hay que despertar, ¡despierta!, y mira tú poder.

Piensa en esto: cuando sales de tu casa qué sería lo ideal: ¿dejar una casa limpia o dejar una casa sucia? Sal de tu casa con la mente ¡LIMPIA! Pensamientos renovados, nuevos y brillantes. Recuerdo cuando tuve la oportunidad de alquilar el primer apartamento donde iba a vivir. Lo primero que percibí fue el espacio: lo más valioso que hay es el espacio vacío para llenarlo. ¡Esa es la mente! ¿De qué vas a llenar tu espacio? ¿De qué pensamientos vas a llenarlo? Si tienes un apartamento nuevo, ¿de qué lo vas a llenar? ¿Vas a tener un espacio minimalista o quieres llenar todo el espacio sin dejar lugar para moverte? Imagínate una cancha de fútbol con veintidós jugadores, tres árbitros y un solo balón. El juego está servido. En la cancha sigue habiendo espacio para jugar. Sería lo contrario si cada jugador tuviera un balón: no jugarían porque no habría espacio suficiente para maniobrar. Así está tu mente cuando la ocupas con muchos pensamientos que solo provienen del pasado. ¡Organiza tu juego! ¡Organiza tu espacio! Es un pensamiento tras otro pensamiento, ahí hay un espacio, más adelante te indicaré cómo funciona.

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