Читать книгу España y su mundo en los Siglos de Oro. Cronología de hechos políticos y culturales онлайн

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Si al reglamentar excesivamente la economía los Estados dificultaron el comercio, en cambio, al requerir dinero para el cumplimiento de sus proyectos bélicos contra otros países, hicieron florecer el crédito. Las incesantes guerras eran caras y los soberanos pedían sumas enormes que los incipientes banqueros anticipaban a ciegas. Generalmente, los países no podían pagar las sumas a tiempo y los banqueros, si no tenían la prudencia de invertir en inmuebles, veían cómo sus negocios se arruinaban en poco tiempo. Era frecuente que los Estados se declararan en bancarrota para suspender el pago de sus deudas, como le ocurrió a España en varias ocasiones durante el siglo XVI.

La especulación empezó siendo una especie de apuesta o juego en las capitales del comercio, donde se movían muchísimas mercancías y circulaba mucho dinero. Consistía en que el comprador de cierta mercancía pactaba con su vendedor un precio que era pagado después de cierto plazo, cuando se entregaba la mercancía. En el transcurso de dicho plazo, el precio podía subir o bajar, lo cual producía ganancias o pérdidas, y el documento en que se asentaba el compromiso para la entrega de la mercancía en una fecha determinada podía ser cedido por el comprador a otro comprador y así sucesivamente hasta formar una cadena de compradores que se pasaban el documento hasta la fecha de su vencimiento. Así, el papel se convirtió en el artículo más cotizado, pero su valor, variable, estaba sujeto a los vaivenes de la política, que determinaba su precio. La especulación se desarrolló también, durante esta época, en otras direcciones: se fundaron las primeras loterías y se empezaron a vender los primeros seguros sobre la vida de personas que, sin esperarlo, eran víctimas de los que cobraban el seguro.


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