Читать книгу Mi gran boda millonaria онлайн

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—Sí —afirmo, y pienso: «¿Me podéis rechazar ya para que pueda irme a casa?».

—Por aquí, señorita —me indica el hombre, que me hace pasar por un detector de metales como los de los aeropuertos. Tengo que entregar mi bolso y mi libro para avanzar. Cuando me los devuelven, la mujer me hace un gesto con la cabeza que me indica que ya puedo entrar. ¿A quién narices voy a ver? ¿Al papa?

Respiro hondo y entro.

La sala es enorme y está revestida con paneles de madera. Hay una mesa gigante en el centro. Tres personas se sientan en la otra punta, una mujer y dos hombres. Parecen intranquilos. Los hombres parecen un poco mayores que yo, pero la mujer debe de tener unos cincuenta años. Hay latas de Coca-Cola y una caja de pizza abierta delante de ellos. Solo sobra un trozo. El hombre del bigote mordisquea su boli y me contempla como si hubiese matado a su familia.

—Hola —digo, y saludo sin alzar la mano del todo.

—Siguiente —dice el hombre de forma brusca.

Gracias a Dios.

Doy media vuelta.

—Espera, espera, espera —oigo que la mujer me llama—. ¿Qué estás leyendo?

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