Читать книгу Apuntes de Historia de la Iglesia 6. Edad Contemporánea - Siglo XX онлайн

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Pero, no se produce la augurada unidad del partido gobernante liberal-conservador que preside Silvela. Pronto le advienen las divisiones. En el Parlamento surge la discusión de si puede ser confirmado diputado por Valencia el recién elegido, Miguel Morayta, reconocido gran maestre de la masonería española, y ante la notoria responsabilidad de la masonería filipina –del katipunan– en la reciente independencia de las islas. Los diputados del partido gobernante se dividen y no prospera el voto de censura contra Morayta, que pudo así ocupar el escaño. Por otra parte, las austeridades presupuestarias requeridas por Fernández Villaverde para levantar la maltrecha economía del país hacen que pronto dimitan Durán y Polavieja. El mismo Silvela, desazonado, desiste y se retira de la política. En marzo de 1901 le sucede Sagasta190.

El gobierno de Sagasta (1901-1902)

Fue el último gobierno de la Regencia de María Cristina de Habsburgo. Persona relevante a partir de entonces en las distintas combinaciones políticas de la monarquía y hasta su final en 1931 será el conde de Romanones, Álvaro Figueroa. Ministro de Instrucción Pública en el nuevo gobierno, comunica en 1901 a los rectores de las universidades que todos los profesores podrán disponer de la “libertad de cátedra” para exponer cualquier doctrina, a la vez que suprime la asignatura de religión de las materias obligatorias en el bachillerato. El mismo Sagasta plantea a las Cámaras la cuestión del estatuto jurídico de las órdenes y congregaciones religiosas. Alega que han crecido desmesuradamente en efectivos al ser acogidos en España buena parte de los religiosos expulsados de Francia por la III República. Se habla entonces del Concordato y de hacer una nueva revisión de las relaciones entre la Iglesia y el Estado191.

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