Читать книгу Apuntes de Historia de la Iglesia 6. Edad Contemporánea - Siglo XX онлайн

190 страница из 206

El segundo Congreso, reunido en 1883, envía a Madrid una comisión que presenta al rey el Memorial de Agravios, inspirado por Almirall, y movido sobre todo por el temor a que el derecho peculiar de cada región sea suprimido por el centralismo de los gobiernos de la Restauración. Tal queja será durante largo tiempo estímulo para la consolidación del nacionalismo catalán.

Tras el primer catalanismo, –“de izquierdas”, liderado por el declarado republicano Almirall– aparecen varias personalidades más jóvenes, de acento también catalanista, pero “de derechas”, muy vinculadas hasta el momento a la monarquía alfonsina, y cuyo político más significado es el joven Enric Prat de la Riba, que en abril de 1901 funda la Lliga de Catalunya, que pronto prevalecerá sobre el partido de Almirall.

Prat se había dado a conocer por su defensa del derecho catalán. En 1888, al acudir a Barcelona la regente María Cristina a la Exposición Universal, clave para el desarrollo de la urbe, Prat y sus partidarios le presentan un escrito en catalán pidiéndole amplia autonomía para Cataluña. Prat será a continuación decisivo en la redacción de las Bases de Manresa “para la Constitución catalana” (1892), en las que se protesta también contra el abandono por parte del gobierno del proteccionismo económico que beneficiaba notablemente a la industria textil catalana. Acentúa entonces Prat su catalanismo y hace publicar un Compendi de la doctrina catalanista en 100.000 ejemplares, que son retirados por la policía. Las protestas contra él por toda España no se hacen esperar. “Así –concluye Ferrán Soldevila– la doctrina catalanista... desembocaba en el nacionalismo”194.

Правообладателям