Читать книгу Las metáforas del periodismo. Mutaciones y desafíos онлайн

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Las excusas de los periodistas para evitar los comentarios pueden resumirse en dos: una, que no tienen tiempo, y dos, que muchas veces los foros están llenos de odio y agresividad que es preferible ignorar. Mientras las plataformas, que saben que el valor está en la interacción y no en la lectura, dedican mucho esfuerzo a depurar las conversaciones y combatir el discurso del odio, los medios prefieren victimizarse o directamente ignorar todo, ya que al silenciar el aspecto incómodo clausuran el diálogo genuino.

La insurrección digital que planteó Alessandro Baricco en The Game (2019) consiste en que lo que suponía que venía a consolidar el sistema se convirtió en la insolencia que lo cuestiona. Antes el medio era un espacio exclusivo de periodistas y anunciantes que convocaban al público a mirarlos y comentarlos solo en los espacios bien delimitados de las cartas de lectores, donde las críticas generalmente iban hacia los mismos que criticaba el medio. Si había alguna observación que hacerle al periodismo, se dirigía a la defensoría del lector, si es que existía. También podía expresarse en los anuncios clasificados o sociales, siempre que se abonara el importe para ser publicado. Por estos tiempos, las audiencias son participantes de redes abiertas y no entienden el derecho de admisión al que estaba acostumbrado el periodismo, que solo sabía estar disponible para sus editores y para las fuentes de poder, con quienes mantenía una asimetría de sentido contrario a la que imponía a los lectores. Hoy esos espacios se redefinen desde la reciprocidad de las redes sociales. De hecho, aquellos medios que no tenían habilitados los comentarios para evitar los disgustos que les daban los foristas airados se enfrentan al hecho de que las críticas circulan igual, y la mayoría de las veces ni se enteran. Las masas eran anónimas para el periodismo, mientras que las redes sociales son, por definición, la digitalización de la identidad, y aunque todavía no se entiende bien cómo, son también el fin del anonimato.

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