Читать книгу Las metáforas del periodismo. Mutaciones y desafíos онлайн

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Este encuadre cargado de negativismo trae algunos efectos colaterales. El principal es que no puede separarse del surgimiento de sentimientos nacionalistas, antiinmigración o de las restricciones a la libertad que los gobiernos sancionan con más facilidad en tiempos de miedos tan generalizados como difusos. Pero paradójicamente, el clima es más funcional a la política que a los medios, que pierden referencialidad al no ofrecer anclaje para las turbulencias.

El punto aquí tiene que ver con el negocio mismo de los medios, que cabe preguntarse si seguirán siendo las breaking news en tiempos en que estallan antes en las redes que en las portadas. O si habría que ofrecer refugios más que amenazas en estos tiempos de suspicacia generalizada, de miedo a un virus invisible, a un temblor impredecible, a una catástrofe inesperada. No se trata de esas tesis que postulan que las noticias son las responsables de hacer creer que el mundo es amenazador, difíciles de defender en momentos en que hay poca gente prestando poca atención a las noticias. Lo que interesa es la función que se les asigna a las noticias en la vida cotidiana. En mundos inestables, la búsqueda de seguridad se convierte en una prioridad y ahí es cuando los atajos del odio y la violencia se vuelven atractivos. La información podría ser una red de contención que reemplazara a las comunidades de odio y de indignación que azuza el alarmismo (Castells, 2012).

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