Читать книгу Las metáforas del periodismo. Mutaciones y desafíos онлайн

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Hacia finales del siglo pasado, la aparición de los blogueros como incipientes competidores en la producción de contenidos y la expansión de la web y de las plataformas cambiaron el contexto sin que los medios abandonaran su posición centralizada. Antes bien, se defendieron haciendo más de lo mismo, sobrestimando el valor del periodismo industrial y subestimando el potencial de actores alternativos, con menos experiencia pero con más capacidad de escucha de las audiencias y de generación de alianzas genuinas con los usuarios. Esos medios que llevaban más de un siglo sin competencia y con ventajas que les permitieron consolidar una posición dominante, reaccionaron con arrogancia. Incluso hay académicos que, sin datos actualizados que los avalen, siguen enseñando en las aulas constructos teóricos que atribuyen a los medios de comunicación un lugar hegemónico en la vida social y una inflada capacidad de incidir en las decisiones políticas. El periodismo asumió con certeza que marcaba la agenda social, y perdió la perspectiva de que eso puede ser parcialmente cierto en algunas circunstancias y para determinados grupos, pero no es la regla general. Antes bien, la propia crisis de los medios es elocuente respecto de su pérdida de centralidad.

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