Читать книгу Las metáforas del periodismo. Mutaciones y desafíos онлайн

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Lo que en los setenta era el fantasma manipulador de la televisión hoy es la amenaza de la desinformación, siempre implícito el sojuzgamiento de la sociedad por la ilusión. En muchas escuelas de comunicación siguen presentes las teorías que hablan de las masas alienadas por las industrias culturales, guiadas solo por la codicia del lucro y el control. En ninguna se enseña el arte de la escucha y la conversación como herramienta de la que ningún periodista pueda prescindir. De hecho, los periodistas conocen poco y nada de sus audiencias, aunque es común que las mencionen como gente que no entiende nada, o insolentes que solo saben criticar por las redes.

Posiblemente, la impronta teórica de la enseñanza de comunicación en Iberoamérica, con foco en la teoría crítica y muy alejada de los estudios con base empírica, haya cristalizado en esta idea de las masas obnubiladas, incapaces de cliquear lo que les conviene. Persiste la idea de hegemonía que se desarrolló cuando la oferta de contenidos era limitada y dependía de las alternativas que ofrecían los diales de la radio y los canales de televisión. No es menor el hecho de que entre los autores más citados en los estudios de periodismo en Latinoamérica entre 1960 y 2007 estén Max Weber (que pensó el periodismo de inicios del siglo XX) y Pierre Bourdieu (que nunca investigó el periodismo pero es profusamente citado para explicar la profesión a partir de un ensayo donde relata su incomodidad en un plató de televisión) (Mellado, 2012).

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