Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн
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En mi época de ayudante del comandante Ródenas y estando realizando una inspección de rutina en el frente de piedras de Aholo (Lleida), terreno muy rocoso de grandes precipicios, me encontré totalmente aislado, como perdido, un caballo con su correspondiente silla de montar. Era alto, de pelo negro brillante, de excelente lámina, estilo inglés. Lo tomé y nadie lo reclamó aunque por La Seu d’Urgell lo utilizaba para mis desplazamientos. Como en la Escuela popular de Ingenieros, en villarreal, las Transmisiones era cuerpo montado, había realizado un curso muy intensivo de equitación y ello me incitó a disfrutar de este ejercicio. Al destinarme a la Brigada de Guardias de Asalto me lo llevé. En las alturas pirenaicas mi caballo de raza no estaba en su elemento. Un día un campesino catalán me enseñó un caballo del terreno, de pelo canelo, bajo de patas y por tanto menos estilizado que el mío. Me lo enseñaba con la pretensión de cambiármelo por el mío, como vulgarmente se dice, pelo a pelo. Me sentí ofendido por la oferta y se lo dije.