Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн
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El trayecto hasta Puigcerdà lo hice a pie al frente de mi compañía, sin que entre mis hombres hubiese ninguna deserción, lo que resultaba muy fácil sencillamente quedándose escondido en el campo esperando la llegada del enemigo. Yo sabía que entre mis hombres, al llegar a la frontera y pasar a Francia, algunos se volverían inmediatamente, pues como todos eran movilizados por sus quintas, no tenían responsabilidades políticas. Como tenía conocimiento de que en la mayor parte de las unidades los abandonos eran muy frecuentes me sentía muy satisfecho de la sinceridad de mis soldados, ya que se atrevían a decírmelo claramente. Algunos me decían:
–Mi teniente, sabes lo que están haciendo muchos soldados por temor a los bombardeos y ametrallamientos que nos están infligiendo intensamente los franquistas en estos lamentables momentos del fin de la guerra en Cataluña. Yo desapruebo y considero criminales estos ataques sobre las columnas humanas de mujeres y niños y te aseguro que no abandonaré la compañía.