Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн

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A principios de enero de 1939 las noticias que se recibían de los distintos frentes de Cataluña eran muy alarmantes y nos llegaban por nuestras propias líneas telefónicas, ya que carentes de prensa los comunicados que daban por radio las autoridades republicanas eran muy confusos. Las fuerzas que habían participado en la ofensiva sobre el Ebro, las mejores unidades de nuestro ejército, que habían intervenido en los frentes de Madrid, Guadalajara, Aragón, Teruel, Ebro y Segre, se encontraban muy desgastadas y empezaba a cundir el malestar al no ser relevadas escalonadamente. Se tuvo que recurrir a improvisar unidades con personal muy joven junto a mayores. El 15 de enero cae en manos de los nacionales Tarragona y conociendo que no hubo ninguna resistencia, ya era previsible que el ataque a la ciudad de Barcelona era cuestión de días. El 23 de enero, al sur de nuestro sector correspondiente al X Cuerpo de Ejército, se pierden las posiciones de Bóixols, isona y Abella de la Conca, donde yo había estado unos días con mi compañero del Batallón de la FUE, Rafael Talón. En nuestro frente la línea estaba trazada por picos montañosos con trincheras atípicas que invitaban, por su enorme peligro, a mantenernos en estado de frente estable, con intercambio esporádico de algún tiroteo, que servía para ratificarnos que cada uno estábamos en el mismo lugar. Aunque en este crítico momento no nos atacaron percibíamos ya el olor de la derrota, que se hizo más aguda al conocer la pérdida de Barcelona, sin combatir y con desorden el 26 de enero. Este mismo día en el sur de nuestro sector se perdió también Coll de Nargó (Lleida).


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