Читать книгу Si te sientes identificada, huye онлайн
5 страница из 36
Este bendito carácter se lo debo a mi abuelo, una de mis personas favoritas en el mundo. Con él puedo hablarlo absolutamente de todo, incluso de temas de sexo. A día de hoy, tiene 96 años y es más abierto de mente que muchos jóvenes. Llevamos hablando cada día por teléfono desde que tengo uso de razón. No hay día que no hable con él, a veces sobre temas más banales y otras sobre temas más profundos, pero la cuestión es escucharle la voz y decirle “te quiero”. Siempre que he tenido una preocupación ha sido la primera persona que se me ha pasado por la cabeza para contársela y escuchar atenta su opinión al respecto. Además, es una persona equilibrada: tiene mucha paciencia y sabe escuchar, pero no le toques demasiado la moral porque tiene tanto genio como bondad. Así somos y así seremos, porque si él en 96 años no ha conseguido más que apaciguarse un poquito, ¿qué tengo que esperar? Todo el mundo dice que somos calcados, y orgullosa que estoy.
Prosigo. Empezaba septiembre y con él las compras de libros de texto y su rutina de forrarlos y luchar con las burbujas de aire que quedaban entre la cubierta y el plástico. Mis padres tenían ya un máster: utilizaban los biberones de mi hermano pequeño a modo de rodillo para que ninguna de esas endemoniadas se atreviera a permanecer allí, dejándome sin diversión para hacerlas explotar durante las horas de clase.