Читать книгу Darwin en Patagonia. Segunda Edición онлайн

6 страница из 52

En la búsqueda de un nuevo camino seguro hacia la especiería, se emprendieron consorcios Reales para explorar y conquistar las islas de indonesia. Le siguió el apetito por buscar El Dorado que, según la leyenda de Sebastián Caboto1, poseía inmensas riquezas en oro, piedras preciosas y aguas de la eterna juventud. Este territorio descrito por Caboto se encontraba entre el sur del Amazonas y Patagonia. Era la ilusión de todo capitán encontrar aquel lugar y conquistarlo. Esta idea de conquistar tierras y riquezas para el reino y a la vez para sí mismos, fue el imán que alentó a muchos marinos a adentrarse por el océano Atlántico, atravesándolo en naves a vela en largas y riesgosas travesías. Cuando descubrían nuevas islas, tierra firme, ríos y océanos, los bautizaban en nombre de la corona y volvían por ellos con tropas y hombres de ciencia para conquistarlos. De este modo se fue dibujando la nueva cartografía del mundo y sus rutas navegables. Aparecían en la cartografía renacentista nuevos continentes y océanos, junto al detalle de sus vientos, corrientes, mareas y la meteorología predominante; también se publicó bastante información valiosa referente a los nativos y a sus costumbres. Se estudiaron las potenciales riquezas, así como su accesibilidad para conquistar dichos territorios.

Правообладателям