Читать книгу Lecciones sobre economía mundial. Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales онлайн
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Durante el decenio de 1920 el mundo capitalista, superada la crisis posbélica, intenta volver al tan confiado como ya imposible escenario anterior. Y, en otra parte del mundo, en Rusia, prende la llama de un nuevo sistema político –y también económico– que trata de hallar, sobre bases distintas, el progreso y la mejora material de las condiciones de vida. El retorno, en la segunda mitad del decenio de 1920, a un patrón oro internacional algo modificado –el citado cambios oro–, no solo resulta complicado desde un primer momento, sino que se viene abajo con la crisis iniciada en 1929.
Tres factores, al menos, condicionan esa frustrada vuelta al patrón oro: primero, el efecto de las reparaciones de guerra acordadas en Versalles; segundo, las forzadas paridades establecidas entre algunas de las principales monedas, sobre todo cuando la colaboración entre sus bancos centrales comenzó a flojear; y, tercero, la creciente rigidez de los mercados y el auge inicial, luego muy reforzado en la mayor parte de los países, de un intervencionismo estatal que subordinaba el libre juego de las fuerzas del mercado al logro de sus objetivos internos de política económica. De tal modo que la década de los veinte –la que va de la Paz de Versalles al crac de Wall Street–, además de alterar los fundamentos económicos previos a la Gran Guerra, comenzando por el de la cooperación internacional, contempló igualmente el creciente endeudamiento público de países muy diversos, encabezados por los principales de Europa occidental. No es extraño, pues, que se atribuya a los «errores de los veinte» una fundamental responsabilidad –aunque tampoco la única– en la «crisis de los treinta».