Читать книгу Lecciones sobre economía mundial. Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales онлайн
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La estabilidad monetaria internacional, sobre la base de un dólar convertible en oro y de unos tipos de cambio fijo de las distintas monedas con respecto al dólar, desempeñó un papel fundamental en el progreso largo y generalizado de este período. De igual modo que los factores causales se concatenaron negativamente en la década de 1930, en las dos décadas y media posbélicas se alimentaron mutuamente en un sentido positivo: así, la estabilidad cambiaria y la reducción de aranceles, en medio de una expansión internacional con moderadas tensiones de precios, significaron mayores flujos de mercancías y de capitales, que contribuían a sostener ese crecimiento sin desequilibrios insalvables en la balanza de pagos; esto es, sin obligar a modificaciones en los tipos de cambio y facilitando el terreno a sucesivas rebajas de tarifas aduaneras. Crecimiento del comercio y de los flujos de capital que favoreció asimismo el de la renta mundial, en particular la de los países más avanzados, merced a la difusión –e incorporación a sus procesos productivos– del progreso técnico, indudable factor causal de los incrementos de la productividad y de la renta que están detrás de las mejoras en los niveles de vida en Europa, Norteamérica y Extremo Oriente. Un progreso, pues, de marcado cariz industrial, que contó con la ayuda de unos precios de la energía –y de las materias primas, en general– declinantes en términos reales.