Читать книгу Regulación del trabajo y Política económica. De cómo los derechos laborales mejoran la Economía онлайн
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Así, poco a poco, derivado de las economías de escala y del principio de especialización, durante la Edad Moderna, los comerciantes o “empresarios” crecen en importancia. Estos comerciantes se dedicaban a realizar pedidos y encargos a los profesionales “libres”, artesanos y agricultores, para posteriormente negociar con esos productos en el mercado. Como se ve, en esta época, se separa, por un lado, la producción y, por otro, la comercialización. Los artesanos dejan de tener contacto directo con los clientes finales y, en muchos casos, dejan de tener poder suficiente para negociar el precio de su servicio –derivado de la falta de contacto con el cliente final–. Con el tiempo, estos comerciantes acabarán incorporando la manufactura y producción a su estructura de negocio creando factoríasssss1.
Esto no significa que los comerciantes tuvieran siempre la “sartén por el mango” a la hora de fijar las condiciones de trabajo de los artesanos (precios, plazos de entrega, forma de trabajar). Los gremios conseguían mantener una especie de monopolio u oligopolio sobre la producción determinando cuantos artesanos tenían “autorización” para producir y reglamentaciones sobre cómo se debía producir. Esto implicaba que los artesanos, gracias al gremio, tenían un relativo poder de negociación frente al comerciante ya que la asociación podía imponer “sanciones”, más sociales que administrativas, a aquellos artesanos que hicieran competencia desleal vía precios sobre los productos vendidos. De esta forma, el gremio podía fijar condiciones mínimas a los comerciantes para comprar los productos que pretendía revender, además, de que mantenía un control férreo sobre el número de comerciantes que accedía a los conocimientos necesarios –formación– para desarrollar los productos lo que equilibraba el poder de negociación entre trabajadores/productores y comerciantes.