Читать книгу La universidad cambiante. El uso de nuevas tecnologías y transferencia de resultados para la inclusión y el cambio social онлайн
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Se comienza a hablar de la fatiga digital para referirse a estos aspectos psicosociales derivados de la introducción de nuevas tecnologías (ahora con ocasión del renovado auge del teletrabajo), la hiper-conectividad y la manera en la que intensifican el trabajo en lo que ha dado en llamarse la “aceleración del tiempo” de trabajo favorecido por la ingente cantidad de datos disponibles y la celeridad en que pueden procesarse (Wajcman, 2017: 129; Lipovertsky, 2014: 51). Ello hace que las exigencias mentales en ciertos puestos sean una gran fuente de estrés para los trabajadores y ello es un riesgo que debe de prevenirse, sin que los mecanismos de participación y control de estos riesgos se hayan adaptado plenamente aún a estas realidades.
3.4. LA HUMANIZACIÓN DE LA TECNOLOGÍA: ¿LLEGARÁ EL COBOT A TENER SENTIMIENTOS CON SU COMPAÑERO DE TRABAJO? ¿Y A LA INVERSA?
Los diseñadores de robots, como máquinas que son, apenas podrán aspirar a que las mismas imiten, cierto que cada vez con más perfección, los genuinos sentimientos de las personas. Esa imitación vendrá determinada por el desarrollo gradual de la IA. Los verdaderos sentimientos del ser humano, con sus variables irracionales y la inteligencia emocional que los gobierna en muchas ocasiones, es realmente difícil de racionalizar para una programación. Una cosa es humanizar la tecnología, esto es, ponerla al servicio del hombre, y otra bien distinta es pensar que una tecnología, incluso con “rostro humano”, pueda pensarse que genere verdaderos sentimientos (al menos tal como los entendemos para el ser humano). Todo lo más, se considera que habrá dispositivos que imiten el sistema neuronal humano, incluso con mecanismos que imiten nuestros sentidos y con capacidad de decisión. Pero cuando hablamos de sentimientos ello no deja de ser una ficción, pues nos referimos a algo más profundo, que solo acompaña a la persona.