Читать книгу Una arquitecta del cambio social desde el activismo y las políticas públicas. Testimonios de rutas compartidas con Isabel Martínez Lozano онлайн
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Si ese discurso es eficaz es porque cae en terreno fértil. Preguntados en una serie de encuestas realizadas entre 2013 y 2016 sobre su percepción del país, un 49% de los estadounidenses considera que su nación está en declive, el mismo porcentaje considera que los mejores años han quedado atrás y un 60% entiende que el país va en mala direcciónssss1. Y EEUU no es una excepción, un reciente estudio de Ipsos-Mori sobre 25 paísesssss1 pone de manifiesto que una mayoría de la población occidental considera que su propio país va mal. De los países europeos incluidos en el estudio, el menos pesimista es Reino Unido, donde “solo” un 60% de los ciudadanos considera que el país va mal, un porcentaje que en Francia alcanza el 89% de la población.
No se trata de algo coyuntural que responda a un momento político concreto. En las series temporales de Gallup se puede comprobar que, pese a los cambios de gobierno y a la posición de EEUU como potencia hegemónica, no ha dejado de aumentar el porcentaje de población que tiene un diagnóstico sombrío: la satisfacción con la situación del país era un 70% en el año 2000, 36% en 2005, 34% en 2010 y 30% en 2015, alcanzando mínimos históricos con la mitad de optimistas que al inicio de siglossss1.