Читать книгу Una arquitecta del cambio social desde el activismo y las políticas públicas. Testimonios de rutas compartidas con Isabel Martínez Lozano онлайн
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El desasosiego, la frustración, parecen haberse apropiado así de la fibra sensible de una parte de la ciudadanía de las democracias occidentales. Y tiene consecuencias: así, por ejemplo, en el referéndum sobre el brexit, aquellos que pensaban que Reino Unido está mejor que en 1973 votaron por la permanencia en un 73%, quienes consideraban que está peor votaron por el brexit en casi un 60%ssss1. En una pauta recurrente y bien documentada, los pesimistas sobre la situación de su país, quienes sienten nostalgia por un pasado idealizado, tienden a votar al nacional-populismo en un porcentaje mayor que quienes son optimistas o no se dejan arrastrar por la nostalgiassss1.
4. Nostalgia de la seguridad “perdida”
Que están dirigiéndose a sentimientos más que realidades es algo que saben muy bien los líderes nacional-populistas. Rudy Giuliani, telonero estrella de Donald Trump, era consciente de que estaba tocando una fibra sensible cuando aseguraba que Trump no solo iba a “hacer a América Grande de nuevo” sino que también va a “hacer América segura de nuevo” devolviéndola a la era de Ronald Reaganssss1. A Giuliani, le sigue Trump: “Décadas de progreso reduciendo la criminalidad se están perdiendo”. Al otro lado del océano, pero no tan lejos en sus ideas, le Pen repite que “Francia y los franceses ya no están seguros”ssss1.