Читать книгу Un viaje en el tiempo онлайн

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Ser honesto es siempre la mejor norma. El carácter de una persona se mide por lo que hace cuando nadie mira. La Biblia está repleta de historias que revelan que la honestidad es la mejor política, la única que trae las bendiciones de Dios.

En un viaje a Egipto, Abraham le mintió al Faraón diciendo que Sara era su hermana cuando, en realidad, era su esposa. Tuvo la suerte de que no le costó ni su esposa ni su vida. David le mintió al sumo sacerdote diciéndole a Ahimelec que estaba atendiendo negocios para el rey cuando, en realidad, era un fugitivo que huía por su vida. ¿El precio? Ochenta y cinco sacerdotes fueron ejecutados por el rey Saúl, porque Ahimelec le había dado a David comida y un arma. Pedro mintió cuando le preguntaron si era discípulo de Jesús, y se arrepintió por el resto de su vida. Ananías y Safira ofrecieron donar todo el dinero de la venta de una propiedad a la iglesia primitiva. Sin embargo, mientras pretendían dar la cantidad completa, secretamente se quedaron con parte de las ganancias para ellos mismos, y murieron por su deshonestidad.

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