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2 de febrero
El primer detector de mentiras
“Los labios mentirosos son abominables para Jehová, pero le complacen quienes actúan con verdad” (Proverbios 12:22, RVR 95).
¿Mentiste alguna vez y pensaste que nadie lo descubriría? Mucha gente lo ha hecho, especialmente los criminales, y Leonard Keeler supo que tenía una buena idea de cómo atraparlos en el acto. Mientras trabajaba en los laboratorios científicos de la Facultad de Derecho de la Universidad Northwestern, construyó una máquina llamada polígrafo, también conocida como detector de mentiras. El 2 de febrero de 1935, el detector de mentiras fue utilizado por primera vez en un caso judicial en el que dos hombres fueron acusados de agresión. Con la ayuda del detector de mentiras, ambos finalmente admitieron su culpabilidad.
A veces, las personas que son juzgadas y a las que se les pide que se sometan al detector de mentiras se ponen tan nerviosas que no pasan las pruebas aunque estén diciendo la verdad. Por otro lado, hay algunas personas que han aprendido a engañar a la máquina estando absolutamente tranquilas. Por eso, las pruebas del detector de mentiras ya no pueden utilizarse legalmente en los tribunales: son demasiado poco fiables.