Читать книгу Un viaje en el tiempo онлайн

67 страница из 157

Es sorprendente pensar que Dios tiene estrellas tan, pero tan lejos. Y eso es solo una gota en el océano. Sabemos que Dios no tiene un día de nacimiento porque siempre ha sido. Y sabemos que disfrutó creando nuestra Tierra, porque cuando terminó la declaró muy buena. Por lo tanto, parece razonable creer que nuestro planeta no fue su primer proyecto, que su pasatiempo es crear cosas desde que existe, moldeando soles y planetas, organizando sistemas solares, y experimentando con diferentes modelos de galaxias. ¡Qué asombroso e infinito es él, en verdad, para diseñar y realizar todas estas obras maestras! Más fascinante aún es que podamos observar sus creaciones, que nos dejan atónitos e inspiran nuestra alabanza. Pero, lo más asombroso de todo es que nos da la oportunidad de ser sus hijos e hijas, y heredar el vasto universo que vemos a través de te­lesco­pios como el de Monte Palomar. Todo lo que debes hacer para convertirte en una hija o un hijo del gran Diseñador es invitarlo a entrar a tu corazón.

Правообладателям