Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

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Quiero vivir con en el aplauso del Cielo como única meta. Quiero vivir de tal manera que un día pueda oír al Padre decir: “Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”. (Mat. 25:23, LBLA).

Señor, ni la dulzura del éxito ni la amargura del fracaso me definen. La sangre de Cristo Jesús me define. En los días en que todo me sale mal, recuérdame que me llamaste a ser fiel, no exitosa. Y en los días en que las cosas me salen bien, recuérdame que la única gloria por la que vale la pena vivir es la tuya.

27 de febrero

“Graciocracia”


“Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario?” (Mat. 20:13).

La meritocracia no es tan bonita como pensamos. Uno de los grandes problemas de este sistema es que hace que los ganadores tiendan a creer que su éxito se debe exclusivamente a su talento y esfuerzo personal. Tendemos a ignorar los elementos aleatorios, como los factores genéticos, las limitaciones geográficas y las condiciones históricas de un período determinado. Haber nacido inteligente, por ejemplo, se debe a una compleja combinación de factores socioculturales y genéticos sobre los cuales no tenemos control alguno.

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